JEFF KOONS (York, Pensilvania- 1955)
Simulación y posapropiacionismo en USA
Apropiacionismo: actitud inexpresiva ante los procesos creativos y las imágenes que estos generaban. El apropiacionismo surgen en una generación nacida en una época tecnológica en la que el control de las imágenes era confiado a la máquina y el mundo era algo filmado , fotografiado y pasado por TV o reproducido en periódicos.
Autoridad de lo inexpresivo y el totemismo de la imagen anónima.
El pensamiento y la mirada ya no tenían como referente los componentes emocionales ni el mundo real, su modelo era lo reproducido fílmicamente o fotográficamente, o sea que la imagen solo existía en función de su doble o remake.
No se trata de crear ni de sustituir la realidad, sino de ¨rehacerla¨, como espejos de la misma imagen. Así surgen con ironía los temas de las mass-media.
Artistas como Ashley Bickerton, Peter Halley, Jeff Koons, Haim Steinbach y Meyer Vaisman, influidos por el pensamiento posestructuralista francés apostaron por el sentido de la simulación.
Jeff Koons, a la manera de Duchamp, ejerce la ¨broma intelectual¨, produciendo esculturas ¨apropiadas¨ del consumo y de la vida cotidiana.
El posestructuralismo francés se había asentado en el pensamiento norteamericano en los últimos 20 años. Propugnaba el análisis y la contextualización histórica, más allá de categorías universales o eternas, que generaron situaciones ambiguas y múltiples intercambios en el mundo de las artes, la publicidad, la fotografía, el cine y los mass-media.
Influenciados por: Michael Foucault, Roland Barthes, Jean Baudrillard, Jean Francois Lyotard, de quienes tomaron los conceptos de ¨simulación¨, ¨simulacro¨, ¨hiperrealidad¨, ¨cultura de la mercancía¨.
Barthes analizaba los fenómenos sociales o culturales como símbolos o apariencias consecuencia del consumo capitalista. Influenciado por Walter Benjamin, retomó los conceptos de ¨aura¨ y ¨originalidad¨ asociados a la obra de arte. Así tanto un texto como una imagen pueden entenderse como un sentido polisémico de códigos, donde lo más importante no es el acto creativo, único, original sino las acciones de seleccionar y combinar. De estos conceptos surge el pensamiento posmoderno, la ruptura de discursos lineales y el cuestionamiento de la idea de progreso.
Recuperación de la naturaleza modernista de la actitud transgresora y la sustitución de ¨obra¨ por ¨texto¨, con un libre juego de significantes; lo que Barthes llamó la ¨antiestética¨ discursos que se contraponen y se mezclan.
La sociedad posindustrial, del consumo masivo, es un espectáculo fantasmagórico, donde el valor de cambio de un objeto ya no es del orden económico sino relacionados a la moda y a la publicidad. El objeto no se valora por sus cualidades sino por sus apariencias: el simulacro (desencanto de la seducción), ha suplantado a la realidad. El objeto pierde su función y se provoca el consumo con una cierta erótica del deseo.
Esta irrealidad del deseo, la seducción y el simulacro en los productos de consumo, dan por resultado productos artísticos desposeídos de verdad, de genialidad. El objeto artístico como la mercancía también se convierte en un fetiche, sorpresivo, instantáneo, irreal; extraño y obsceno.
El objeto brilla x su seducción, por ser un acontecimiento puro.
Extrapola la realidad, creando una hiperrealidad.
Según Baudrillard, Disneylandia está para hacernos creer que el resto
(América) es lo real, pero todo es una simulación y lo real ya no es real.
Mundos artificiales, ilusorios, lúdicos.
Se reemplaza la realidad x la hiperrealidad, es decir por una irrealidad. También influencia de los ready- mades de Duchamp y de Andy Warhol apropiándose de productos de consumo, haciendo irrumpir la mercancía (sopas Campbell) en el arte; la genialidad de la mercancía. La simulación.
Los críticos al principio los denostaron, después los apoyaron en esto que es ¨el espectáculo del consumo¨.
En el año ´86 los artistas del East Village se mudaron al Soho, entre ellos Jeff Koons, y la pujanza económica hizo que todo arte sea mercancía. Jeff Koons con sus objetos- mercancías de acero y gadgets, los conejitos inflables y usando pinturas industriales.
La galería que los representó fue la de Ileana Sonnabend. Más tarde los museos también se interesan en estos artistas, de estrategias simulacionistas y apropiacionistas. Arte y mercancía, imagen y objeto.
J. Koons se apodera de la manera en que los objetos son presentados, la materialidad virtual con un alto grade de ¨ficción¨: porcelanas, acero inoxidable, vidrios de murano. Los exhibe en vitrinas por ejemplo, que le dan más hiperrealidad que la realidad, mas asepsia e ingravidez.
Otras apreciaciones:
Los críticos Tricia Collins y Richard Milazzo relacionaron estos trabajos con la conciencia social, el consumo, la política controlada de la muerte, el sida. La simulación como un distanciamiento ¨filosófico¨ intentando reproducir la seducción que los objetos de consumo producen en el público. La economía del superconsumo es la estrategia del deseo, excitar el deseo del consumidor sin llegar a satisfacerlo nunca, ya que es una cadena, la reactivación de ese deseo que se obtiene solo frustrando al consumidor.
Ma. Adriana Budich
galería@adrianabudich.com






